Noticia - Estética / Cosmética / Dietética
Motivos de peso que han convertido a la franquicia Yves Rocher en la firma num1 en cosmética facial en Francia.
65 años de inspiración botánica, procesos de extracción patentados capaces de aumentar todo el potencial de las plantas, máxima eficacia demostrada y todo ello, buscando siempre un impacto positivo para el planeta. Desciframos las claves que han situado a Yves Rocher en el corazón de varias generaciones de francesas y de otras muchas mujeres en todo el mundo
Han pasado más de seis décadas desde que nació Yves Rocher. En el laboratorio de su casa familiar de La Gacilly, en la bretaña francesa, Monsieur Yves Rocher comenzó a estudiar más de cerca el fascinante universo botánico que ha sabido adaptarse y evolucionar a lo largo de miles de millones de años. A través de experimentos en laboratorio y hallazgos con microscopio, comenzó a comprender mejor las extraordinarias capacidades de las plantas y sus secretos. Hoy, en el departamento de Investigación, Innovación y Desarrollo de los laboratorios de la marca en París, trabajan más de 180 científicos -biólogos, formuladores, químicos, físicos, dermatólogos, toxicólogos e incluso botánicos- que continúan explorando la naturaleza para demostrar que las plantas esconden un verdadero tesoro de eficacia en su interior.
BIOINSPIRACIÓN, EL PRINCIPIO DE TODO
“La naturaleza es mi guía, todo lo que he hecho, es seguirla”, así explicaba Monsieur Yves Rocher el origen de la bioinspiración que desde 1959 marca todos y cada uno de los pasos de la marca. Estructuras ingeniosas en términos de protección, nutrición, hidratación y regeneración, las plantas son verdaderos tesoros de eficacia capaces de resistir y florecer de forma natural en su entorno.
Descubrir los secretos de las plantas, inspirarse en su modus vivendi, sus mecanismos de defensa, de vida y de supervivencia. Esta búsqueda incansable de conocimiento es la bioinspiración y en ella colaboran estrechamente científicos y botánicos que aúnan su experiencia botánica y el conocimiento de la piel para seleccionar los mejores y más efectivos activos 100% botánicos.
AMOR POR LA NATURALEZA Y PRESERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE
Yves Rocher nació de la historia de amor entre Monsieur Yves Rocher y la naturaleza y esta se mantiene. En su pueblo natal de La Gacilly, en el corazón de Bretaña, Yves Rocher demuestra esa pasión y respeto por la naturaleza.
Creado en 1975, el Jardín Botánico de La Gacilly es un auténtico laboratorio al aire que ha permitido el estudio de más de 5.000 especies diferentes de plantas. Miembro de la BGCI (Botanic Gardens Conservation International), forma parte de una red internacional de transferencia de conocimientos.
Y es en La Gacilly donde Yves Rocher cuenta con 60 hectáreas de campos, cultivados completamente de forma orgánica desde 1997 y utilizando un enfoque agroecológico que respeta el ecosistema y las personas. No solo estudian la planta y su producción, sino todos los ecosistemas que coexisten con ella para garantizar su armonía global. Los insectos, el suelo, pero también los seres humanos... Según la ONU, la agroecología es el camino más adecuado para la transición de los sistemas agrícolas hacia un futuro sostenible porque combina la protección de los recursos naturales, el enriquecimiento de la biodiversidad y la interacción humana con la tierra
Hace 3 años, Yves Rocher se convirtió en la primera marca francesa en ser miembro de la UEBT (Unión para el Biocomercio Ético), una asociación internacional que promueve y establece buenas prácticas para obtener ingredientes procedentes de la biodiversidad.
Preocupados por asegurar la huella más positiva posible en el planeta, Yves Rocher prioriza el abastecimiento ético de fuentes responsables y sostenibles para los ingredientes activos que no proceden de La Gacilly.