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Nemomarlin
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Pequeños más listos en la franquicia Nemomarlin gracias a la psicomotricidad

29.03.2011


Más despiertos e inteligentes.
Así son los alumnos de la Red de Escuelas infantiles Nemomarlin gracias al cuidado programa de Psicomotricidad con el que se cuenta en los centros que la reconocida marca tiene repartidos por todo el país. “Nuestra filosofía de trabajo en los 9 centros que están abiertos así como en los 6 que abriremos para septiembre es siempre la de dar lo mejor a los padres que dejan en nuestras manos la educación de sus hijos, y por su puesto ofrecer a los niños herramientas de calidad con las que puedan desarrollarse más”, explica Héctor Díaz Reimóndez, Consejero Delegado de Nemomarlin. “Por ello hacemos especial hincapié en algo tan importante como la psicomotrocidad ya que con ella se favorece el desarrollo de las potencialidades y capacita al niño para expresarse. Además ayuda en la autonomía e independencia de los niños así como a descubrir sus límites”.

Y es que el equipo de profesionales que compone cada uno de los centros Nemomarlin es consciente de lo vital que resulta para el desarrollo global del niño apostar por la Psicomotricidad. “A través de su cuerpo en movimiento, la relación con los objetos, el espacio y consigo mismo, favorece la creación de vínculos de apego, la exploración, la calidad del movimiento, la comunicación, la expresión de las emociones, la formación de la identidad y la superación de obstáculos”, añade Ana Gamo, Psicóloga especializada en atención temprana de Nemomarlin.

Por ello en toda la red de Nemomarlin se cuenta con una sala de psicomotricidad desde la que se hace un seguimiento individual de la evolución que experimenta a lo largo de las sesiones el niño. “Es una sala amplia, iluminada, con la temperatura adecuada, confortable, sin obstáculos, con suelo cálido y antideslizante desde la que se explora el placer del equilibrio/desequilibrio de sus movimientos. Allí usamos materiales como módulos de goma espuma de diferentes colores, tamaños y formas, telas de diferentes colores y texturas; cuerdas de algodón, picas y aros de diferentes medidas, peluches y muñecas, pelotas de diferentes colores y texturas o construcciones de madera naturales con colores neutros. De esta forma el descubrimiento del movimiento va llevando al niño a la exploración de la voz, que irá transformándose después en lenguaje (expresión corporal y verbal). Y la exploración con el material y del espacio, le ayudarán a integrar conceptos y desarrollar su capacidad intelectual”, finaliza Ana Gamo.