Franquicias Aqualita. Entrevistamos a su Franquiciado, David Alonso
¿Qué le llevó a iniciar su actividad como Franquiciado?
Llevaba años planteándome montar un negocio. Había trabajado siempre para terceros y llegó un momento en el que tenía la necesidad de emprender algo por mí mismo. No estar sujeto a las opiniones y decisiones directas de otros, y la confianza en que sería capaz de valerme por mí solo para ganarme la vida, fueron los alicientes para dejar mi trabajo e iniciar una nueva etapa profesional. Aunque no hay certeza ni garantía de éxito al entrar en ninguna franquicia, lo cierto es que resulta más sencillo acceder a una franquicia que ya está funcionando, que crear tu propio negocio. Además, era también casi una evolución lógica a mi carrera profesional, ya que cuando decidí adquirir una franquicia de Aqualita era el Director de Nuevas Tecnologías de Tormo & Asociados, consultora destacada del sector de la Franquicia, donde había estado trabajando los últimos cinco años.
¿Por qué escogió este sector de la Franquicia?
El sector de la “Purificación del Agua” era y aún es un concepto novedoso a todos los niveles. Como franquicia, ya que existen muy pocas alternativas u opciones, es decir, apenas hay competencia real o franquicias que se dediquen a esto; y como negocio como tal, ya que aunque se vale de una tecnología que está muy testada y comprobada, especialmente en las últimas tres décadas, es un sistema que para el gran público aun es desconocido, y por tanto, el mercado potencial es muy elevado.
¿Cuál es el elemento diferenciador que encontró en Aqualita, para decidirse por él?
No creo que haya un único elemento diferenciador como tal, si no la suma de varios: lo novedoso del concepto, su especialización, su fácil acceso económico, la capacidad de iniciar la actividad sin necesidad de disponer de un local comercial, el elemento ecológico que supone el no usar el plástico de las botellas de agua, lo cual es una preocupación mayor en esta sociedad y lo económico que le resulta al cliente final la contratación de los servicios de Aqualita.
Sin duda, como todo negocio, es sacrificado y requiere de un esfuerzo económico y personal elevado, pero como empresario o emprendedor si tuviera que decidirme por un solo elemento diferenciador, el no tener que realizar una fuerte inversión inicial, como cuando se monta un restaurante o una tienda para esperar a abrir el primer día y ver si vienen clientes o no, es quizás el elemento más importante, ya que permite ir creciendo e invirtiendo dinero a un ritmo más moderado y sin asumir tanto riesgo inicial, como así sucede en otros conceptos de negocio.
¿Qué atención recibe de la Central Franquiciadora, antes y después de la firma del Contrato?
Antes de la firma, la atención por parte de la central es comercial, como es lógico. Se explica a grandes rasgos el negocio como tal y se aclaran todas las dudas que no supongan entrar en el “saber hacer” propio de la franquicia, a fin de cuentas, es uno de los conceptos por el que se paga el canon de entrada, como en cualquier otra cadena de franquicias.
La atención después de la firma, primero se traduce en una formación inicial bastante concisa, aunque como muchas veces sucede en estos casos, a uno le parece que nunca es suficiente, porque la verdad, no se puede pretender explicar años de experiencia de una empresa en unos pocos días. Pero posteriormente, y esto es quizás lo más importante, cuando uno realmente inicia su propia andadura y tiene que poner en práctica lo aprendido en esa formación inicial, el disponer de un teléfono al que llamar para consultar las dudas o disponer de un acceso a una intranet como la de Aqualita, en la que encontramos una gran cantidad de información y la posibilidad de aclarar dudas incluso con otros franquiciados, es realmente lo que yo considero, que es por lo que se está pagando al acceder a una franquicia, junto con la fuerza de la imagen de marca que pueda tener, obviamente.
¿Se están cumpliendo sus expectativas como negocio en Franquicia?
Las expectativas más que cumplirse, se van modificando según uno tiene más experiencia, pero siempre son muy positivas. Cuando uno desconoce este negocio y accede a él, tiene unas expectativas a corto y medio plazo muy elevadas, y unas expectativas a largo plazo más limitadas. Sin embargo, cuando uno lleva ya un tiempo, se da cuenta, que efectivamente se crece en el corto plazo, incluso en épocas de crisis, pero que lo realmente interesante no es tanto el crecimiento que se pueda obtener en los primeros meses, si no que por el tipo de negocio que es, en el que se genera poco a poco una gran cartera de clientes y en el que el producto tiene mucho potencial, la capacidad de crecimiento en los próximos años es realmente interesante y la fortaleza que supone disponer de muchos clientes con cuotas bajas ante una crisis es difícil de igualar en otros tipos de negocios.